Y si de pronto juntase el valor,
al matar abril, de colgar el rencor
durante la brevedad de mayo,
apagaría la boca, los recuerdos
con que importuno a la gente
que ante escaparates busca descuentos,
ofertas en odas a la madre.
Si de pronto pudiese ahorcarte,
arrinconarte, ahuyentarte,
hacerte salir de mi cabeza
donde permaneces viva y ebria,
te dejaría hablar de tus heridas
y sería capaz de beber contigo
hasta cagarme en dios por tu destino.
Pero ese de pronto nunca llega
y se pospone como el olvido,
se pierde, se retrasa con el perdón
que te mantiene atada aquí, conmigo.
Pero pronto vendrá un mayo con tregua,
restituirá el silencio invadido
y distraeré el humor con que te ataco
disparando contra blancos menos oscuros.
Agotaré mayo sin pensarte
y vendrá un junio en que no vuelvas
a infectar mis días y mis noches
con la esclera amarilla de tu mirada.
no estarás en mi once de julio
ni en ese lunar que tuviste,
infierno mío, junto a la boca,
ni en los rasgos que eres, que me diste.
Sólo habitarás la tinta de las hojas
donde hilvano el resumen de mi infancia:
mujer, madre de tres vivos y cuatro muertos
enterrados en neveras de cartón y corcho.
Para que venga mayo sin rencor
asumiré por fin que soy tu hijo,
tendrás la calma del silencio,
y aunque yo no pueda gozar del olvido
te concederé la paz del perdón,
espero, nos sea suficiente.
© RogelioJarquín 2012.AUTORRETRATO CON MALETAS.